Un comienzo que se presentaba muy auspicioso, no lo fue tanto. Si bien la carretera fue en descenso por muchos kilómetros como ya me habían dicho, el paisaje que creí más espectacular por lo que se comentaba, no lo fue tanto y a los paisajes predominantemente verdes, se le unía el gris del cielo haciendo una circunstancia poco propicia para las fotos que me gustan hacer.
Pero al llegar a los 22 km y girar por la ruta provincial 223, todo cambió como por arte de magia. La carretera se presentó mejor pavimentada, brilló el sol y aparecieron las primeras flores. Cuando llegué al arroyo Cuña Pirú y entré al camping, la conjunción de cascada, flores, frutas silvestres y mariposas, colmaron mis espectativas más allá de lo esperado.
Preciosas las flores y las mariposas, la verdad que valio la pena conocer todo eso. Suerte
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