Abandoné por fin Oberá y me dispuse a hacer una etapa corta.
Teniendo en cuenta esto último y aunque todavía no tengo resuelto donde voy a pernoctar, decido hacer unos kilómetros más y visitar un cascada que queda de camino. Bueno, de camino es un decir porque tuve que salirme de la ruta 8 km (y 8 de vuelta) por un camino de tierra y piedra, con subidas exigentes y con la bicicleta cargada.
Como casi siempre, el espectáculo valió la pena. La cascada Teodoro Cuenca es muy interesante.
Regreso a la carretera y el viento, antes favorable se hace más intenso y virando hacia donde me dirijo. Llegué por fin a Aristóbulo y me puse a buscar alojamiento. No tuve éxito con el contacto que tenía, pues no lo hallé. Tampoco un camping del que me habían hablado.
Como aún era temprano decidí ir al Salto Encantado, distante 9 km y como no pude entrar porque es un parque y ya había cerrado, me volví sin verlo.
De vuelta en Aristobulo, enderecé, para bomberos, donde ya había hablado y entonces confirmé y me quedé allí a pasar la noche.
La etapa "corta", al final se transformó en una dura etapa de 105 km, con caminos en mal estado, ruta con durísimos repechos y por momentos viento fuerte en contra. Terminé cansado, pero el saldo fue igualmente favorable.
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