Amanece con cielo muy gris y la probabilidad de lluvia me hace moverme temprano. Aunque no faltó un rato para hacer un fueguito en el primer arroyo y asarme unos boniatos que tenía reservados.
De ahí en más, estómago lleno y corazón contento, hasta Tacuarembó no paré. Aunque siempre por el camino hay cosas interesantes, como el Gardel (que ya no está)
o el Batoví, que ya lo ví!
Los últimos kilómetros los hice bajo una suave lluvia. Luego, ya en Tacuarembó, pasada la lluvia y mientras esperaba a mi anfitrión que llegaba desde Montevideo, recorrí la ciudad. Hice casi 60 km.
Finalmente llegó mi amigo el Flecha.
Quien es el Flecha'?, es uno de los que iban a ir contigo, veo que andas solo. Me preocupa porque en el interior de nuestro país es tranquila y hospitalaria la gente pero cuando pases al Brasil no lo veo tan claro. Ten mucho cuidado hay mucho loco suelto, con los robos. Un abrazo.
ResponderEliminarTranquila, si tuviera miedo, no hubiera salido. Un beso.
ResponderEliminar