Llegando a Tuxtla nos esperaban Angee y Leo, dos cicloaventureros colombianos que habían pasado por mi casa en Cancún. También estaba Omar, nuestro anfitrión en San Cristóbal ..... y una pareja de alemanes que habíamos conocido en casa de Omar. Todos ellos, junto a Yessith y Balam, anfitriones en Tuxtla, estaban organizando un paseo al Cañón del Sumidero para el día siguiente y nos invitaron. Zenaida ya tenía programado su viaje a Guerrero y no se sumó, pero yo tenía mi billete para las 4 de la tarde. Así que acepté sin dudarlo.
Si bien no llevábamos peso, no dejó de ser un buen esfuerzo, pues se recorrieron más de 75 km y se treparon duras cuestas.
Fue un muy disfrutable paseo e inmejorable cierre para esta excelente aventura.