La ruta sigue siendo buena y sin dificultades. El paisaje es variado con abundante vegetación y salpicado por numerosos pueblos y caseríos que hacen más entretenido el viaje.
Pasé por Caaguazú, Coronel Oviedo y otros pueblos y me detuve en San José de los Arroyos.
Hice otra etapa larga, de 116 km, pero sabía que ya me quedaría una distancia accesible para llegar a la capital al siguiente día.
En San José encontré gente amable, como el dueño del súper que me facilito la contraseña de wifi para que pudiera conectarme o el agente de policía que me permitió que me bañara en la comisaría. El mismo agente me aconsejó como el mejor lugar para armar la carpa, la plaza principal del pueblo!
Pues en un rincón con césped de la plaza armé mi carpa y aunque me sentí como una atracción de feria, pude pernoctar tranquilamente en ese pueblo amable.
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