viernes, 21 de marzo de 2014

FUERZA DE VOLUNTAD A PRUEBA

Supuestamente hoy iba a ser una etapa fácil, pues calculé que serían 107 km (al final fueron 106 km) y todo por carretera, sin desviarme y sin pérdidas de tiempo. Esto en los papeles!
Me desperté temprano y me alegré porque el cielo lucía totalmente despejado. Mientras recogía la carpa y acomodaba todo sobre mi bicicleta, una inmensa nube gris cubrió rápidamente todo el cielo y todo se hizo gris y viento en contra. 
Pero salí de todas formas y empecé a pedalear a buen ritmo, ya que en ese momento el viento soplaba de espalda, pero no pasaron 30 minutos y el viento cambió totalmente poniéndose casi de frente y haciéndose mucho más intenso.
A partir de allí, fue una lucha permanente contra el viento, el frío y la lluvia que de a ratos se hacía presente.
Cuando estaba en el km 55, tuve que detenerme y refugiarme el una parada de autobuses, pues la lluvia se hizo intensa y el frío más. Esperé una hora y media a que parara y se secara la ruta, pero el viento seguía con la misma intensidad. No me quedó otra alternativa que recorrer los últimos 60 km en esas condiciones.
Al final llegué y cumplí parte de mis propósitos, que eran conocer nuevos balnearios de la costa oeste, sacar buenas fotos de ellos y probar que todo funcionara bien en el viaje y mi rendimiento fuera similar al que nos proponemos en la gran aventura.
Digo que cumpli en parte porque me hubiera gustado sacar más fotografías y con mucha luz, como me gusta, pero el cielo se obstinó en estar cubierto, quitándole colorido a mis fotografías.
Lo positivo fue que conocí (y a través de mi relato y mis fotos, doy a conocer) y disfruté de muchos sitios que no conocía. La bicicleta y su equipamiento estuvo a la altura y mi rendimiento, a pesar de la dureza de la última etapa, fue adecuada a lo que pretendemos para el gran viaje: hacer un promedio de 100 km diarios. Y lo logré: 406 km en 4 días.




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