Frío y gris empezó el día. Desde mi hospedaje en el estadio municipal y luego de hacer trámites migratorios, crucé la famosa calle que hace frontera y entré a Brasil por Santa Ana do Libramento.
Vuelta con los trámites de ingreso y a pedalear, me esperaba una larga etapa. La carretera con poca dificultad y el viento casi nulo. Lo único que no se avino a esta primera etapa por Brasil, fue el sol que no se dejó ver ni por un momento y sin calentar el frío aire que se mantuvo en 12 a 14 grados.Luego de 114 largos kilómetros llegué a Quaraí, pero allí no acababa la etapa. Aún me quedaba pasar a Artigas a ubicar una persona que me facilitaría el alojamiento.
Se hizo complicado, pues el teléfono que me habían dado en Rivera era falso y me tocó preguntar hasta llegar al Sr. Agüero, que es el presidente de la Confederación del Norte de ciclismo, a quien finalmente hallé en una carrera. Hable con él y de forma espontánea y generosa se ofreció a pagarme una habitación en un hotel.Así qué tome un merecido descanso luego de mover mi pesada bicicleta por 130 km sumadas las vueltas que tuve que dar en Artigas.
Gracias a la solidaridad de otro ciclista, puedo decir que el cierre de mi primer mes en la ruta, fue un éxito.


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